Arbitrariedades del Azar

XVII

Enterrar todas mis palabras en las nubes
hasta que pase la tormenta.
Siglos y siglos hablando de vos.
Pensándote.
Guardándote en silencio.
Tantas heridas tiene mi alma;
tantas marcas hay en mi cuerpo
como deseos fugaces en las estrellas.
Manos que guardan ritos que queman
y una influencia nefasta del frío.
Vacío, angustia y gris soledad.
Eternidades guardándote en silencio;
pensando en nadie.
Hablándome de vos.
-acumulando nada-
Tan lejos estaremos
mientras sigas en mis ojos.


Nombre
Se comienza eliminando el lastre que más nos pesa,
Lo que nos posee, lo que somos.
Dejemos a un lado los nombres.
Ya no somos pues sin llamarnos eliminamos toda huella del pasado.
Hoy se nace bajo el signo de la nulidad.
Hoy se deja de ser y se es. No hoy. Ahora.
De efímeras formas ensamblados.
La felicidad no existe; sólo los momentos felices (sic). Por eso a todos nos falta.
Los lapsos se pierden hasta el punto de no saber qué son.
Los instantes se ahogan en descripciones inútiles.
Posar la atención en las acciones inconclusas, disfuncionales
Es lo que nos gasta desde adentro, nos sesga el espíritu.


XIX
El mundo que gira y gira sin dar muestras de querer detenerse.
Si parece complacido de ello.
El universo danza al ritmo del TIC-TAC.
Mucho de sensaciones térmicas.
Dar vuelta la página y volver a empezar.
Pocos estamos dispuestos a consumirnos en sucesivas oleadas de salivas de emergencia.
Grande es el número de horrores que nos esperan en esta tierra sin siquiera un suspiro de compasión y pequeño lo que nos queda más allá de nosotros mismos… muy pequeño.
Mucho esfuerzo requerirá una consagración que cambie la situación sin hacerla distinta.
Pocas son las casualidades luego de la frialdad del propio descubrimiento.
Muchos índices aún latentes tapizarán el camino hacia la colonización de nuestra felicidad.
Pocas las esperanzas que no enfrentan lo que puedo con lo que debo…
Mucho, Poco, Todo; Nada: Algo, quizás

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