De dogmas, apoteosis, exegetas e iconoclastas
Citando el caso del señor M, que a lo largo de su vida ha cosechado ciertos honores y se jacta de apreciar la forma más pura del arte; este individuo no podrá disfrutar jamás de una exquisita obra futurista de robots intergalácticos que destruyen importantes centros urbanos de USA; al menos no podrá hacerlo abiertamente. Apelará, quizás, al trasfondo cultural, al juego de dualidades que enfrenta al bien contra el mal, el amor, el honor, la valentía, la fuerza o la búsqueda de la verdadera razón del ser; el hombre enfrentando a la naturaleza para sanear aquel inconcluso dilema maternal, que desgastó su infancia... Cualquier reflexión final será considerada válida. Lamentablemente, es poco frecuente ver salir del cine al señor M. riendo.
Él no se lo permite.
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