fragmeto
(...) ¿Qué tal si Nikolai Tailov tenía razón? Sus teorías acerca de la creación estaban más allá de cualquier accionar racional. Pero Andrés descreía de la racionalización de la vida, y fundamentalmente, de su laboratorización. <<Hace aproximadamente trece millones de años no había materia; ni tiempo ni espacio. Pero había algo en algún lugar que en algún momento explotó>>
¿Antes del universo había nada o no había nada? Andrés estaba confundido. Tal vez más cerca de la verdad que nunca. Una vez más el paso de Tailov provocó en él el efecto de costumbre: la embestida propia de un ejército otomano forzando las cerraduras de sus más íntimas doors of perception.
Fórmulas científicas: Nada = todo : todo/nada/algo.
No somos nada. No somos todo. Somos algo... ¿Y Dios? ¿Dónde estaba durante el Big-bang? Testigo de la nada absoluta, o del todo comprimido en un átomo o de algo, ya que algo debía haber, sino ¿Detrás de qué se ocultó Dios una vez encendida la mecha que generó la explocreación?
Por más ilógica que se vea la imagen de Ormuz, o Geb, o Belial, o como quiera llamársele, encogido de hombros, con sus índices oficiando de protectores auditivos, dando la espalda al caldo de cultivo cósmico en potencia, a dos segundos de iniciarse algo -lo que fuera-, era para Andrés la prueba más cercana a la realidad liturgicocientífica.
-Seis días- se decía Andrés- le llevó a Dios la edificación del paraíso… ¿Seis días? ¿Quién puede constatarlo? Cabe la posibilidad de ver a Dios sentado en medio de una enigmática nebulosa, rodeado de nada desparramada. Sólo sentado ahí. Verlo sentado, pensando, quién sabe cuánto tiempo después de haber descartado su cuarto o quinto proyecto. No frustrado, sólo decepcionado de sí mismo. ¡Qué angustia habrá padecido el pobre Dios, tan falto de confianza! No debe culpársele por adoptar esa pose de compadrito arrabalero, que como intentando ganarse los favores de alguna señorita, a bordo de un transporte público , se le acerca y por debajo del ala del sombrero gris, dice, sacando pecho: ¿Sabés cuánto tardé en crear el universo? La impunidad del vacío hace irrefutable la versión de Dios:”Entonces dije ’luz’, chasqueo los dedos y la luz se hace ahí nomas...."
¿Cómo es que la ciencia, siempre tan basada en la experimentación, sin fundamentos comprobados, descree de la idea de la creación, sólo porque su mente materialista no puede aceptar la idea de la nada esencial antecesora del todo? Dios es, sobre la base de lo que la ciencia nos dice, una falacia institucional.
Para Andrés, esto representa mucho más: era la prueba de que el supremo creador no era tan supremo como se lo caracterizó en una época, sino, un sujeto más bien, modelo estándar, cuya facultad mejor explotada era la complicidad de ese todo o de esa nada, en fin, ¿Quién le impediría a Andrés la posibilidad de, algún día, encontrarse rodeado de esa misma nada? Nada que potenciaría cada una de sus acciones, transformando, si él lo deseara, un simple cantero en los jardines de Semiramis.
Cada vez menos elementos separaban a Andrés de Dios. Casi nada y esa nada era más preponderante que todos los todos.
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